Historia de la Tuberculosis (I)
La tuberculosis es una infección
bacteriana crónica. Habitualmente, la enfermedad se localiza en los pulmones,
pero puede afectar prácticamente a cualquier órgano del cuerpo humano.
La Tuberculosis se ha conocido desde
épocas antiguas. Ha recibido numerosos nombres incluyendo la consunción (debido
a la bajada de peso severa y a que la infección “consume” al paciente), la tisis,
el mal del rey y la plaga o peste blanca
(debido a la palidez extrema de los infectados).
Incluso hoy, con los métodos
avanzados de investigación, del diagnóstico y de tratamiento para la enfermedad,
aproximadamente un tercio de la población mundial está infectada por el bacilo
de la tuberculosis. Solo una pequeña proporción de los infectados enfermará de
tuberculosis.
La tuberculosis sigue siendo una
de las enfermedades infecciosas más mortíferas del mundo. Aproximadamente el
95% de las muertes por tuberculosis se producen en países de ingresos bajos y
medianos, y la enfermedad es una de las cinco principales causas de
fallecimiento entre las mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 44
años. Las personas que padecen VIH tienen un gran riesgo de contraer esta
enfermedad. Además hay 8 millones de nuevos casos cada año y más de 2 millones
de personas fallecen cada año debido a esta enfermedad.
Tuberculosis en épocas Antiguas
Existen evidencias paleológicas
de tuberculosis vertebral en restos neolíticos precolombinos, así como en
momias egipcias que datan aproximadamente del año 2400 a.C.
En los libros de El Antiguo
Testamento, se hace referencia a la enfermedad consuntiva que afectó al pueblo
judío durante su estancia en Egipto, tradicional zona de gran prevalencia de
enfermedad.
Tuberculosis en las Edades Medias
A partir de los siglos VII y
VIII, con la extensión del cristianismo se incorporan a las ceremonias de
coronación los ritos de unción real, que otorgan un carácter sagrado a la
monarquía.16 A estos reyes ungidos se les atribuyen propiedades
mágico-curativas. La más popular es el "Toque del Rey": los reyes
tocaban las úlceras (escrófulas) de los enfermos pronunciando las palabras
rituales "El rey te toca, Dios te cura" (Le Roy te touche, et Dieu te
guérit).
La popularización de este tipo de
ritos sanadores, especialmente en Francia e Inglaterra, acabó por rebautizar a
la escrófula-tuberculosis como "el mal del rey". Santa Águeda es la
protectora de los "enfermos del pecho" y a ella se encomiendan los
tísicos, cuando no pueden acudir al rey.
Tuberculosis en el siglo XVIII
En Europa se convirtió en un
problema grave en el momento en que el hacinamiento en los medios urbanos
asociado con la Revolución Industrial generó circunstancias epidemiológicas que
favorecieron su propagación. La mala ventilación de las casas, el hacinamiento,
el saneamiento primitivo, la desnutrición y otros factores de riesgo llevaron a
la propagación de la enfermedad. Se conoció como la plaga blanca.
En los siglos XVII y XVIII la TB
fue responsable de una cuarta parte de todas las muertes en adultos que se produjeron
en el continente europeo.
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